hay días donde la mirada a través de la luna pareciera desconocida y llena de incertidumbre, días donde se camina por horas sin rumbo fijo, sin dirección ;
días donde la luz que irradia la noche se ve opacada por el descontento y el desdén de los días de ingenio
días donde los trayectos parecieran perder el sentido de sí, días donde escurre melancolía sobre las pestañas
hay días donde se reniega la existencia y la estancia, días donde se recrimina la razón de la convicción, donde se ahogan los estruendos subyacentes al coleto;
hay días donde el magín sufre diásporas llenas de estertor, donde la noche se articula y flexiona hasta el origen del mundo, días donde las marcas surgen sobre los poros y los sentidos
hay noches donde el sol ilumina la vida que no vemos y no conocemos, donde la incertidumbre se yergue sobre las nubes y los párpados
hay noches donde el regreso se perpetúa como uroboros, devorando y engullendo las catástrofes que hicimos en tus brazos;
hay noches donde se desea ávidamente converger al son del amanecer, las mismas donde encontramos refugio y consuelo a través de la piel, hay noches donde la comunión nos conlleva libelo capaz de ahogar a dios
me pregunto si en dichos días y noches las estrellas muestran mis recuerdos al océano; días y noches donde se rememora dicha y alegría repleta de insomnios, tristeza y sueños a la orilla del mar